Recuerdos de la ANEC, sin que se mencione a la Sra. Elsa, no son recuerdos válidos de la ANEC.
La Sra. Elsa, siempre tuvo una participación muy activa en la relación con la comunicación con las Delegaciones Regionales de la ANEC. Situación que pasaba casi desapercibida, incluso, para el Directorio vigente.
La Sra. Elsa, o Elsita, como la conocía todo el mundo contralor, empezó a trabajar en el año 1954, en el Economato de Contraloría. Cuando llego a la ANEC iba saliendo como Presidente Don Aníbal Bascuñan. Es decir estuvo presente en 19 períodos de presidentes de la ANEC de los 27 que han existido a la fecha.
Mientras fue funcionaria de la ANEC, tuvo a su cargo las solicitudes de préstamos bancarios, empezando por el Banco O´Higgins, el Republic National Bank N.Y,, el Banco Israelita, posteriormente, Internacional y finalizó con el Banco del Estado. Más de 30 años en esa labor.
La confianza que los socios de las regionales tenían en la Sra. Elsa, era, por decir lo menos, inmensa.
Como no todos los bancos nombrados tenían una sucursal en “provincias”, los socios le solicitaban, por ejemplo, que les hiciera la consolidación de deudas acá en Santiago, con el saldo que le compraran algunos artículos que ellos le indicaban (acá en Santiago eran más baratos) y que el saldo se lo depositara en determinada cuenta. Los artículos comprados se enviaban a través de la valija de Contraloría General. Nunca hubo un reclamo de algún socio de regional por tal actividad.
En la época de marzo, cuando los alumnos entran a clases y los colegios les solicitan la lista de libros, los padres de las regionales se la enviaban a la Sra. Elsa, quien las compraba, con efectivo o con vale de la ANEC y posteriormente les enviaba la respectiva rendición de tal compra. Igual cosa ocurría con los medicamentos solicitados por los socios de las Regionales.
Cuando una casa comercial no tenía una sucursal en “provincias”, era la Sra. Elsa quien compraba físicamente, con el Vale del asociado, el artículo acá en Santiago y lo enviaba por valija a la regional.
La entrega de vales de casas comerciales y las solicitudes de préstamos bancarios también era una labor que hacía con el personal de la Oficina Central, en Santiago.
Eran otros tiempos, dirán algunos. ¿O es que la calidad de las personas ha cambiado? ¿Nos ayudamos como lo hacía la Sra. Elsa? Y sin que esa ayuda se notificara a todo el mundo.