Santiago de Chile, 27 mar (EFE).- Michelle Bachelet ha dado una nueva muestra de que tras su carisma y sencillez guarda una personalidad capaz de afrontar grandes desafíos, como cambiar una vida de halagos y aplausos por una aventura política de resultado incierto.
Convencida de que aún «hay mucho por hacer», la primera presidenta de Chile (2006-2010) ha dejado «un trabajo maravilloso», la dirección de ONU Mujeres, para iniciar un camino pedregoso que podría conducirla nuevamente a La Moneda.
Por exigencia de su cargo internacional, Bachelet ha callado desde el 2010 sobre la contingencia política chilena, lo que ha sido aprovechado por sus adversarios políticos para dispararle a mansalva.
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